Juan Pablo Meneses desencadenado con su libro "Niños futbolistas", donde destapa el esclavismo producido por el fútbol y alimentado por clubs, managers, prensa,...
Contraportada
¿De dónde viene aquello que el mercado nos ofrece con tan
persuasiva naturalidad? «Lo que más se vende al extranjero son los
argentinos; los uruguayos son un producto en alza porque se adaptan a
todas las condiciones y muchos también tienen pasaporte europeo, pero un
brasileño todavía vale más que el resto.» Juan Pablo Meneses compró una
vez un ternero. Ahora se plantea comprar un niño bien barato en América
Latina y venderlo en Europa por mucho dinero. Pero este libro no habla
de gastronomía ni de canibalismo, sino del capitalismo de los milagros.
Sabemos que hay ternera en el súper y Messi en la tele, pero no nos
preguntamos cómo han llegado hasta ahí. Mucho menos a qué limbo van a
parar los niños que consiguen «salir» pero no alcanzan a «llegar». Es
por eso que Meneses inventó y cultiva el «periodismo cash». Pero lo
escandaloso aquí no es la demanda de materia prima, sino las inagotables
ofertas recibidas por el autor. El sueño europeo que se desmorona en
escuelas y hospitales, pero se mantiene en los estadios de fútbol y en
los medios. Por cada revelación, ¿cuántos secretos entre ojeadores,
clubes, entrenadores y padres? Meneses nos muestra, así, la tramoya
folletinesca del fichaje de jóvenes promesas. Para ello, selecciona,
pacta, se deja aconsejar y sobre todo, se patea los campos de tierra de
América Latina, donde los hombres de negocios construyen sin piedad lo
que Vázquez Montalbán llamó la religión más extendida del planeta.
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